La boda ha salido mal

He estado siguiendo la boda. Me he calado en Cibeles. Desde el primer momento me ha parecido que la cosa no iba bien, y no sólo por la lluvia. Algo no funcionaba, había mucha menos gente de la que cabía esperar, incluso con lluvia. La ceremonia ha sido de una frialdad glacial, inexplicable. Y el Príncipe Felipe estaba hierático, sin un asomo de humanidad. El contraste ha sido brutal con la boda que ha habido recientemente en Dinamarca, donde todo fue risa, alegría y naturalidad. Aquí todo tenía un velo sombrío, excesivamente rígido, falsamente ampuloso. Da la impresión de que se ha querido imitar más el estilo grandilocuente de la boda de Carlos y Diana en Londres que el de las bodas de países nórdicos, curiosamente mucho más cálidas. Pero claro, La Almudena no es Canterbury ni el Palacio Real es Buckingham. Me ha parecido en general lamentable. Incluso el detalle de que Felipe no besara en la boca a Letizia ha sido absurdamente puritano, falsamente respetuoso. La realización de televisión ha sido pésima, de despedir al responsable.Y ha habido detalles tremendos, como que Bush no viniera o que el marido de Carolina ni siquiera asistiera a la boda religiosa y si al banquete. Creo que la monarquía ha dado un paso atrás. Y no po culpa de Letizia precisamente. Estaba guapa y con un traje muy adecuado. Alguien tendrá que dar explicaciones de por qué hemos querido ser tan antipáticos.