miércoles, julio 14, 2004

La obsesión de la prensa por demostrar que Acebes mintió le lleva a interpretar sesgadamente todo

Existe entre quienes cubrimos las sesiones de la comisión de investigación del 11-M una verdadera obsesión por interpretar cualquier dato en el sentido de que el Gobierno manipuló la información y mintió a los ciudadanos. Vaya por delante que yo tengo la convicción de que el Gobierno sabía desde al menos el día 12 que no había sido ETA y siguió insistiendo en eso. Pero resulta ya absurdo que cada vez que alguien declara se le diga ¿a qué hora fue eso? Ahh, cinco minutos antes de que Acebes dijera lo contrario. Siempre así, con una absurda obsesión sobre los horarios que no conduce a nada. Ayer, los diputados vieron los informes secretos del CNI. Al margen de la desvergüenza de que a los cinco minutos filtraron todo su contenido, todos se tiraron a destacar que el CNI decía que los detonadores se hallaron por la mañana y que por lo tanto el Gobierno sabía ya por la mañana que fueron islamistas. Pero nadie quiere reparar en que ese informe es del día 16, cinco después del atentado. Y tampoco en que el mismo día 11 el CNI hizo un informe en el que aseguraba que la hipótesis principal era ETA, y casi descartaba a Al Qaida. Pero de ese documento, desclasificado también, nadie habla. ¿Si el CNI ya sabía lo de los detonadores y la cinta porqué insistía en que era ETA?. Es sólo un ejemplo de que la obsesión por demostrar algo de lo que todos estamos convencidos lleva a interpretar de manera muy sesgada los datos para confirmar nuestras tesis. Y eso no es correcto, inteligente ni ético.

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